viernes, 13 de abril de 2012

DANIELA ERA UNA CHICA ESTUDIOSA.


Antonio De Marcelo Esquivel.
Con lentes oscuros doña Marcela Lora se presentó al altar que alumnos y profesores colocaron en  la Facultad de Economía, como todos dejo una veladora, quería llorar, dejarse llevar por la tristeza, pero debía imponerse y seguir adelante, apoyar a su familia, dejar para después el dolor por haber perdido a su sobrina Daniela Barcenas Flores en el terrible accidente carretero que cobró la vida de seis personas de la Facultad de Economía.
Así la encontramos  frente a este altar de flores, veladoras y fotografías, donde accedió a conversar para expresar que Daniela Barcenas Flores había comunicado con tiempo a su padre y madre del viaje que realizaría como parte de su formación como economista.
Doña Marcela sabe que salir a carretera es algo donde “no tenemos la vida comprada” pero nunca imaginó que le tocará a su familia un dolor tan grande como el que empezó a vivir desde la mañana del pasado jueves, cuando se percató que había mucho movimiento en la Facultad de Economía.
Comenta que vio correr a maestros y bajar a los alumnos de sus salones ya con lágrimas, y que en ese momento recibió una llamada por su teléfono celular, donde le pedían investigar su entre los muertos estaba la pequeña Daniela, que apenas en febrero cumplió 18 años.
Aun con el corazón en la mano y pidiendo a Dios que no fuera cierta llegó hasta la dirección, donde pidió informes, pero para su desgracia la abogada de esta facultad ya estaba en el lugar de los hechos y confirmó que entre los decesos estaba su sobrina.
Una noticia que no podía creer, como decirle a su familia que Daniela había muerto, cuando todos conocían sus ganas de vivir, de salir adelante, pues aunque era una joven de escasos recursos tenían en mente terminar su carrera, viajar por el mundo, crecer profesionalmente y ser una gran economista. 
Tal vez por eso mientras escuchaba la horrible noticia paso por su mente la felicidad que a la joven Daniela le causó saber que había pasado su examen a la preparatorio y aún más, luego, que se había quedado en la universidad, pues dice: “era una joven estudiosa”.
Pero doña Marcela cree que el destino estaba marcado, ya que en las pasadas vacaciones quiso organizar un viaje a Cuernavaca, pero Daniela no quiso ir. “Yo creo que presentía que algo le iba a pasar” dice esta mujer que intenta contener las lágrimas mientras afirma que este viaje había hecho muy feliz a la estudiante.
Incluso, añade que la vio desde su casa cuando se marchó a este viaje, pues desde su casa vio como le movió la mano en señal de despedida, sin saber que sería para siempre.
Ahora Daniela ha partido dejando un gran dolor en sus padres que apenas hace dos años perdieron a otra hija de 22 años, y solo les queda una hija, mientras que con Daniela, la Universidad ha perdida a una hija más.

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