Por Antonio De Marcelo
“Quiero darte mi libro”, me dijo la vez que quedamos en sentarnos a desayunar, y no me imaginé que fuera tan extraordinario, porque a veces vemos tantas veces a las personas que dejamos de observar todo eso que pueden aportar al mundo, a la humanidad.
Él, José Santos Navarro Monroy, fue mi jefe de Información en La Prensa, allá por los 90s, un jefe como pocos, pero sobre todo un escritor que desgranaba en sus textos conocimiento y sabiduría; fue el primero que creyó en mis cuentos y me los publicó en los Archivos Secretos de Policía, (un suplemento que, por cierto, él fundó), quizá por ello nos entendimos.
Luego dejó esa redacción y no nos vimos unos años, hasta que volvimos a reunirnos en esos largos desayunos, que se convierten en comidas; tan solo para recordar viejas batallas periodísticas.
Ahora comprendo cuando describimos a un reportero como “Guerrero de mil batallas”, porque hacer diarismo es eso, una batalla cada día, y él ha librado tantas.
Cada conversación constata episodios de su paso por el periodismo, cosas que le enseñaron sus jefes y luego él a nosotros, como quizá nos toque enseñarle a alguien.
Ya me había comentado sobre esa idea de hacer un libro, plasmar todo eso que siente y que ha dejado al arrastrar la pluma en esas madrugadas cuando deja la cama para escabullirse a su viejo escritorio, lleno de papeles, libros, y ahora una computadora.
Sin embargo, él es un clásico, carga su libreta por si la musa lo asalta en uno de esos viajes en Metrobús, o tal vez en medio de un duermevela antes que despunte el alba.
Entonces escribe, no solo cuentos, a veces esas cosas se convierten en canciones, corridos (que tiene en su página de youtube José Santos Navarro), o solo poemas, algunos cortísimos como:
ÉSE
-Ese es el punto, tú y yo, el texto. Poema de su libro “Las razones de tu piel”.
Los ha coleccionado por años, hojas y hojas a lápiz, a pluma, carpetas en computadora y, únicamente, algunos han visto la luz en su canal de Youtube, en tanto que otros han sido leídos por él a los amigos, que invariablemente le incitaban a escribir un libro.
Lo pensó mucho tiempo, así me lo comentó, hasta que esas ganas de hacer familiares, amigos, alguien que conociera su trabajo lo llevó a compilar algunos de sus mejores poemas.
Por ahora, no se engolosina, es cauto y solo ha hecho este libro de 90 páginas, con poesías que no buscan el ritmo o la musicalidad sino el fondo, un fin en sí.
Poesía libre, lejos de Tomás Navarro, Tomás y sus métricas, más bien una prosa donde canta a la mujer, a la vida, al destino, al ser humano.
Así lo describió en esa reunión, donde más que hablar de su libro se refirió al tema que tanto ha lastimado a nuestra sociedad, el feminicidio y maltrato a la mujer, un tema de toda la vida, pero que a su parecer tuvo difusión a raíz de las muertas de Juárez, casos que le tocaron cubrir cuando fue reportero.
Hoy, el experimentado periodista retoma sus vivencias, más que para enseñar, para redactar ese su legado; una poesía libre, llena de periodismo y cargada de sentimientos que se desbordan cuando habla el maestro José Santos Navarro.
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