viernes, 13 de enero de 2012

Ni con una operación encubierta EEUU detiene al Chapo


Antonio De Marcelo Esquivel.
La soberanía nacional es un tema que la política mexicana ha defendido con ahínco por años, aunque parece que en los últimos años esto ha quedado rebasado de manera tácita, tal como lo muestran un par de operaciones norteamericanas, ambas para infiltrar agentes en las filas del narco, aunque las evidencias muestran que ni el país más poderoso del mundo ha logrado importantes resultados, pues con “arma blanca” solo detuvo a tres miserables narquitos.
La punta de esta madeja se encuentra en este momento en el congreso de los Estados Unidos de Norteamérica, donde son revisados puntualmente los resultados que habría arrojado la llamada operación “Arma blanca”, con la cual se internaron de nuevo armas a México con la pretensión de acabar con el tráfico de droga y lavado de dinero que realizan  nueve líderes del narco, aunque el principal es Joaquín Guzmán Loera “El Chapo Guzmán”.
Según datos obtenidos de una nota publicada en el diario Los Ángeles Times, este caso arrojó la detención de tres personas, aunque ninguno de ellos en la lista de narcotraficantes a los que se esperaba llegar con esta operación encubierta.
La Operación que ya tuvo lugar y que al igual que “Rápido y furioso” se halla bajo el ojo escrutador del congreso norteamericano, estaba dirigida a poner tras las rejas a peligrosos líderes del cártel de Sinaloa, lo que no sucedió, como pude verse con los tres sujetos que incluso se declararon ya culpables ante la corte norteamericana.
Y es que de acuerdo a la información difundida en Los Ángeles Times, desde el verano de 2010 un agente del oficina de control de armas voló a la ciudad de México para ayudar a coordinar una investigación transfronteriza de armas de EEUU usada por los cárteles de la droga.
En ese viaje la agente Esperanza A.MacAllister busco tener acceso a las armas incautadas por la policía militar, mismas que habían sido usadas en escenas del crimen.
El interés de esta agente, se dice, era saber si dichas armas pertenecían a la investigación del código “Arma blanca”, del cual los congresistas piensan pudo  ser otra investigación que salió mal y que las armas se salieron del control de esta oficina, pues los congresistas Darrell Issa y el senador Charles E. Grassley indican no se sabe cuántas armas están en México.
No obstante se dice que la Oficina de Alcohol, Tabaco y armas de fuego y Explosivos han defendido  que fue una buena investigación que arrojó tres detenidos, sin atender al cuestionamiento de cuantas armas se perdieron en este proceso.
Y es que durante la operación, en que tres agentes se internaron en México, durante la entrevista hablaron con tres hombres que trataban de obtener armas de tipo militar para un cártel de la droga, pues a diferencia que en “Rapido y Furioso” que permitió el ingreso de miles de armas, de las cuales se perdieron unas 1,700, en esta operación entraron tres agentes encubiertos con informantes confidenciales tratando de atrapar sospechosos del cartel de Sinaloa.
“Rápido y Furioso” y “Arma Blanca” fueron dos operaciones que se desarrollaron casi el mismo tiempo, aunque en esta segunda actuaron los agentes MAcallister como agente principal, su supervisor, David J. Volth y el agente especial William D. NEwell, quienes habrían descubierto entre otras cosas que muy cerca del lugar donde se refugia “El Chapo Guamán” en Duranto había un campamento que pretendía reforzar su arsenal con lanzagranadas y maquina de calibre 50.
De acuerdo a la información que revisa el congreso norteamericano los agentes se centraron en Vicente Fernando Guzmán Patiño, a quien enviaron un agente encubierto a quien ofrecieron hasta un dragón de fuego de 120 milímetros de morteros pesados, ya que este aseguro que de traerle un tanque lo podría comprar, y que no había problema por el dinero, pues tenía acceso hasta a 15 millones de dólares.
Y hasta como en las películas se reunieron en el estacionamiento de un restaurante en Phoenix, donde el agente encubierto mostro armas en lo cajuela del carro, desde un rifle bushmaster hasta una pistola calibre .50, y aunque parecía listo para comprar la investigación terminó abruptamente.
En un segundo caso los compradores buscaban lanza misiles antiaéreos y cohetes antitanque, aunque en este intento, en una de las entrevistas fue detenoido con 11 libras de anfetaminas David Diaz sosa y Jorge de Jesús Castañeda; el primero se declaro culpable de portación de armas y el segundo de cargos relacionados con las drogas, mientras que un tercero Emiliano Palomino robles aceptó haber entregado drogas como pago parcial por las amas de grado militar.
Pese a todo esto ninguno figuraba en la lista de los nueve narcotraficantes a quienes estaba dirigida la operación, entre ellos Joaquin Guzmán Loera

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