Antonio De Marcelo Esquivel.
Ni el camión Coca cola ni los ositos de navidad fueron suficiente para que un solitario y desalmado ladrón respetara la vida de un trabajador que quiso defender la propiedad de la empresa para la que trabajaba.
Fue un solitario malviviente que después de haberlo despojado de 500 pesos le dio un balazo y se marchó tan tranquilo calle abajo.
El crimen fue presenciado por varias personas, pero al parecer el terror bajo el cual es mantenida la zona por los raterillos de la zona que se han armado para cometer sus abusos ocasiona que nadie diga sus identidades, con lo que pueden actuar impunemente contra ciudadanos que si se ganan el pan con el sudor de su frente.
Es de esta manera, que la mañana de este martes llegaron los trabajadores de una empresa refresquera para surtir los pedidos de la tienda “El Buen Sabor”, que está ubicada en calle Miguel Hidalgo, número 70, colonia San Bartolo Ameyalco, cuando fueron sorprendidos.
Aparentemente uno de los empleados entro a la tienda, mientras el otro bajaba los refrescos del camión, momento que fue aprovechado por el asaltante, que con pistola en mano le exigió el dinero.
Se dice que el hombre no ofreció mucha resistencia, pues estaba en evidente desventaja, por lo que entregó el billete, sin embargo el empistolado tras recibir el dinero hizo como que se marchaba, pero en dado momento dio vuelta y le disparó a quemarropa en pleno rostro.
El ruido de la detonación atrajo la atención de vecinos e incluso de su compañero, pero nadie hizo nada, mientras este matoncillo de poca monta se marchaba tranquilamente calle abajo.
Ya cuando se hubo retirado lo suficiente salieron los vecinos y el otro trabajador de la compañía, quienes llamaron a la policía, que con sirena abierta, ahora si llegó a esta colonia San Bartolo Ameyalco de la delegación Álvaro Obregón, pero solo para resguardar el lugar mientras llegaba el agente del Ministerio Público.
Ahora será trabajo de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal identificar al asesino y lograr su detención antes de que cobre una víctima más, pues no es la primera vez que repartidores son asaltados en la zona.
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