lunes, 26 de marzo de 2012

Ya tiene Iztapalapa a su Jesús y María


De Reporteros.
Como cada año, desde hace 169 años, los vecinos de los ocho barrios de Iztapalapa volverán a encarnar la pasión y muerte de Jesús, en que participará todo el pueblo, aunque sea con su cruz a cuesta y su corona de espina.
Es en esta delegación, al oriente de la Ciudad de México, donde no hace falta un pacto con el narco para que pare la ola de muertes, basta saber que vienen los días santos para que se detenga cualquier acto de violencia.
Y es que hace más de siglo y medio cada año no se piensa en otra cosa que no sea esta mega representación, que atrae a millones de visitantes, para quienes no importa los empujones de policías, de soldados romanos y gente que quiere ver lo mismo, porque es como si en verdad se estuviera entre la gente que miraba como era castigado Jesús en su momento.
Se trata de una representación, sobre la que han corrido ríos de tinta, pero de la que no se puede hablar si antes no se ha estado entre ese gentío que alaba al redentor como uno más en la entrada den burro que hace Jesús el domingo de ramos.
La misma gente que llora con cada golpe que recibe el hijo de Dios mientras es conducido a un juicio del que solo saldrá crucificado, mientras las mujeres, sobre todo mayores ahogan sus gritos o de plano piden paz mientras cada altigazo castiga las carnes de jóvenes que se preparan a veces durante años hasta que les llega esta oportunidad.
Casi todos son estudiantes, jóvenes que llevan buenas calificaciones y son ejemplo de bien comportamiento, lo mismo que las chicas que hacen el papel de la Virgen de Guadalupe, a quienes se pide no meterse en problemas.  
En estos días se puede ver al joven actor correr todos los días, meditar mientras camina por el cerro de la estrella para meterse en el papel, mientras que visto y tratado con respecto por la población que siente muy dentro esta representación, que hace 169 años atrae la atención mundial.
El evento originalmente era organizado por el pueblo, vecinos de los ocho barrios, que pagaban de su bolsillo los miles de pesos que costaran los trajes, el escenario, los templetes, el alquiler de caballos, el maquillaje, todo, aunque de unos años a la fecha la mano del gobierno local esta metida, tan adentro que dice erogar decenas de millones de pesos, aunque aún cada personaje debe comprar su vestuario.
Por lo pronto se sabe que David López Domínguez, de 23 años, ha tenido la suerte de representar a Jesús de Nazaret, de manera que este aprendiz de gastrónomo se prepara espiritualmente y físicamente para no defraudar a su pueblo y lograr, no solo llegar hasta la crucifixión, sino hacer únicamente tres caídas.
Quien encarnará a la Virgen María es María Fernanda Calderón de la Barca Rueda, una estudiante de criminología y criminalística de 23 años de edad, del Barrio San Miguel, que de igual manera tiene listos sus diálogos, y se ha preparado para soportar esta carga, ya que millones de ojos estarán atentos a sus lágrimas y dolor por la pérdida del hijo adorado.
Aquí no importa la edad, hombres y mujeres de todas edades visten su túnica y cargan su cruz o bien se suman a las huestes que este domingo acompañarán a Jesús en su entrada a Jerusalem, a veces actores anónimos que dan vida a soldados romanos, a piedosas que viven la pasión con sin igual dramatismo para reinvindicar a quienes hace 178 años acudieron en peregrinación al Santuario del Señor de la Cuevita, para que pusiera fin a una epidemia de cólera.
Esta representación es tan conocida a nivel mundial que ha dado identidad a este pueblo, donde un sueño vive en muchos jóvenes y adultos: ser un día el Jesús de la representación, la María o alguno de sus principales personajes, aunque de no llegar ese momento simplemente se suman con su cruz y su corona de espinas para pisar una vez más las calles por donde habrá de caminar el Jesús arrastrando los 90 kilos del madero hasta el cerro de la estrella.
Pero el esfuerzo no solo es de quienes hacen la representación, hay personas que por décadas han apoyado este trabajo con el préstamo de sus viviendas para los ensayos, como don Juan Cano Martínez, el carpintero Ángel Juárez que tiene 40 años de donar la cruz o Trinidad Guzmán que hace doce años hace el vestuario.
En este contexto este año tocó la suerte a Desiré Reyes de 18 años, con el papel de Verónica, Roberto Guillen, de nuevo Judas y una larga lista de vecinos de estos ocho barrios para la 169 representación de la Semana Santa que este domingo inicia con el domingo de remos y concluye con la resurrección y ascensión de Jesús.

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