De Reporteros.
Con una bendición para el pueblo mexicano y la seguridad que ahora va a orar más por nuestro país y que “México va a permanecer siempre en mi corazón”, el Papa Benedicto XVI se despidió anoche, antes de ir a descansar en el colegio Miralfores, para este día marcharse a Cuba.
La despedida del papa ocurrió luego de haber sido recibido con mariachi en la entrada de este colegio Miralfores, hasta donde acudieron miles de personas, aunque fuera para verlo de lejos.
Con la canción Cielito Lindo, que se ha convertido en el himno de nuestro país en el extranjero, los mariachis deleitaron a Su Santidad, mientras los ahí presentes gritaban, cantaban y sentían fluir la paz que emana este hombre.
Incluso fue posible que los integrantes del mariachi pasaran uno a uno a besar la mano del Santo Padre, mientras continuaban las notas el Cielito Lindo.
Al concluir vino la despedida del Vicario de Cristo, que recibió otro sombrero de charro, ahora blanco, mismo que conservó mientras duró la música.
“Muchísimas gracias por este entusiasmo” fue lo primero que dijo y que arrancó la ovación del pueblo mexicano que no quería que se marchara.
“Soy muy feliz” continuó en su mensaje en la lengua italiana, para agregar que nunca había sido recibido con tanto entusiasmo”, pero sobre todo que “Ahora puedo decir que México va a permanecer siempre en mi corazón”.
El Papa Benedicto XVI, afirmó que por muchos años ha orado por México, pero que ahora lo hará más.
E incluso añadió “Ahora puedo entender porque el Papa Juan pablo II decía: ahora me siento un papa Mexicano” lo que causó más emoción en esta grey católica que delirante aplaudía, gritaba y lanzaba frases tales como “Benedicto hermano, ya era mexicano”.
Y aunque la población que hasta ahí llegó hubiera querido más del Santo Padre, este pidió entender la agenda de trabajo y el viaje que hoy lunes debe emprender a Cuba, aunque no se marchó sin antes dar la bendición a México y concluir con un “buenas noches” en perfecto español.
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