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Sin vergüenza
Por Antonio De Marcelo Esquivel.
A medida que pasa el tiempo y se acerca el fin de año una cosa preocupa, pero no a los ciudadanos comunes, los llamados de a pie, esos sobre cuya espalda recae la responsabilidad de sostener el país, ni aquellos oficinistas que administran o crean, mucho menos en conductores de microbuses o camiones de transporte que con su esfuerzo mueven al país, a ellos les preocupa que llevar de comer a casa, cómo sacar adelante a los hijos, darles educación, apoyarlos para encontrar un trabajo o bien marcharse a los Estados Unidos en busca de un mejor porvenir.
Es otro tipo de preocupación, una que se gesta en las oficinas del gobierno, desde la mismísima residencia oficial de Los Pinos, ahí donde vive el presidente de la República, quien debe decidir cuál será la suerte que corra el país el año próximo, una responsabilidad compartida, porque el Paquete Económico será ahora tarea de los diputados decidir si las partidas presupuestales quedan como las ha propuesto el presidente y claro ahí empezará el estira y afloja dependiendo de los interese de cada fracción partidista y por supuesto de la habilidad de los cabilderos de cada grupo e incluso de las dependencias del Gobierno federal y de los estados.
En fin que esta historia apenas comienza, aunque ya hay sectores que se sienten derrotados antes de iniciar este proceso, porque a pesar de ser el motor de desarrollo del país quedan rezagados ante lo que estos legisladores llaman prioridades, tal vez por eso las universidades públicas y privadas organizados en la Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Educación Superior (ANUIES) pedirán un aumento de 9 mil 500 millones de pesos, apenas lo justo para cumplir con sus compromisos salariales y de infraestructura básica, cuando lo ideal sería recibir al menos un aumento a su presupuesto de 17 mil millones de pesos.
Y en el hipotético caso de que les dieran los nueve mil millones, únicamente atenderían a los alumnos de nuevo ingreso y a los que pasen al siguiente semestre. En tanto hasta ahora nadie dice esta boca es mía, para dar educación a los más de siete millones de jóvenes que no tienes acceso a educación y tampoco a un empleo, jóvenes que la administración actual del país ha denominado pomposamente "NiNis", cuando lo que son en realidad es un grupo de excluidos, un grupo de condenados a servir al crimen organizado como sicarios o bien engrosar las filas del subempleo como ha ocurrido hasta ahora incluso con profesionistas, cuyo único camino es la frontera norte en busca del sueño americano porque en las calles de México sólo podrán hacer de taxistas, carniceros o taqueros, sin denostar estos oficios, aunque no son para alguien que ha ido a la universidad.
Donde no hay la menor preocupación es en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, la más alta autoridad en materia de leyes electorales y cuyas decisiones son inatacables y finales, nueve magistrados que conforman el pleno, quienes tienen garantizado un ingreso bruto anual de casi seis millones de pesos cada uno. Sí, estos responsables de calificar la elección presidencial de 2012 ganarán de nuevo más que el mismísimo presidente de la República, y es que la ley que impone como límite máximo la percepción del primer mandatario entró en vigor en 2010, y no puede aplicarse de manera retroactiva, porque ellos llegaron antes.
El Instituto Federal Electoral, el órgano encargado de hacer las elecciones de 2012 ha solicitado alrededor de 15 mil millones de pesos porque es año electoral. En tanto México se sume en la vorágine de la pobreza, de la violencia y de políticas sociales y educativas pésimas impulsadas, por pésimos secretarios de estado, ex aspirantes a candidatos de su partido para pelear la presidencia de la República.
Otras que también hacen como que no se han enterado que la economía de México no está para dispendios, son los 499 integrantes de la Cámara de Diputado pues no conformes con los generosos sueldos que reciben cada quincena por no hacer nada, ya están solicitando un incremento para 2012. Eso es no tener vergüenza.
Es otro tipo de preocupación, una que se gesta en las oficinas del gobierno, desde la mismísima residencia oficial de Los Pinos, ahí donde vive el presidente de la República, quien debe decidir cuál será la suerte que corra el país el año próximo, una responsabilidad compartida, porque el Paquete Económico será ahora tarea de los diputados decidir si las partidas presupuestales quedan como las ha propuesto el presidente y claro ahí empezará el estira y afloja dependiendo de los interese de cada fracción partidista y por supuesto de la habilidad de los cabilderos de cada grupo e incluso de las dependencias del Gobierno federal y de los estados.
En fin que esta historia apenas comienza, aunque ya hay sectores que se sienten derrotados antes de iniciar este proceso, porque a pesar de ser el motor de desarrollo del país quedan rezagados ante lo que estos legisladores llaman prioridades, tal vez por eso las universidades públicas y privadas organizados en la Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Educación Superior (ANUIES) pedirán un aumento de 9 mil 500 millones de pesos, apenas lo justo para cumplir con sus compromisos salariales y de infraestructura básica, cuando lo ideal sería recibir al menos un aumento a su presupuesto de 17 mil millones de pesos.
Y en el hipotético caso de que les dieran los nueve mil millones, únicamente atenderían a los alumnos de nuevo ingreso y a los que pasen al siguiente semestre. En tanto hasta ahora nadie dice esta boca es mía, para dar educación a los más de siete millones de jóvenes que no tienes acceso a educación y tampoco a un empleo, jóvenes que la administración actual del país ha denominado pomposamente "NiNis", cuando lo que son en realidad es un grupo de excluidos, un grupo de condenados a servir al crimen organizado como sicarios o bien engrosar las filas del subempleo como ha ocurrido hasta ahora incluso con profesionistas, cuyo único camino es la frontera norte en busca del sueño americano porque en las calles de México sólo podrán hacer de taxistas, carniceros o taqueros, sin denostar estos oficios, aunque no son para alguien que ha ido a la universidad.
Donde no hay la menor preocupación es en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, la más alta autoridad en materia de leyes electorales y cuyas decisiones son inatacables y finales, nueve magistrados que conforman el pleno, quienes tienen garantizado un ingreso bruto anual de casi seis millones de pesos cada uno. Sí, estos responsables de calificar la elección presidencial de 2012 ganarán de nuevo más que el mismísimo presidente de la República, y es que la ley que impone como límite máximo la percepción del primer mandatario entró en vigor en 2010, y no puede aplicarse de manera retroactiva, porque ellos llegaron antes.
El Instituto Federal Electoral, el órgano encargado de hacer las elecciones de 2012 ha solicitado alrededor de 15 mil millones de pesos porque es año electoral. En tanto México se sume en la vorágine de la pobreza, de la violencia y de políticas sociales y educativas pésimas impulsadas, por pésimos secretarios de estado, ex aspirantes a candidatos de su partido para pelear la presidencia de la República.
Otras que también hacen como que no se han enterado que la economía de México no está para dispendios, son los 499 integrantes de la Cámara de Diputado pues no conformes con los generosos sueldos que reciben cada quincena por no hacer nada, ya están solicitando un incremento para 2012. Eso es no tener vergüenza.
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