Antonio De Marcelo Esquivel.
Este martes 29 de noviembre de 2011, familiares de la joven universitaria, Adriana Morlett informaron que un equipo especial de antropólogos forenses de Argentina han confirmado que los restos óseos hallados el 19 de diciembre de 2010 en Tlalpan, al sur de la ciudad de México corresponden a su joven hija, quien había desaparecido el 6 de diciembre del mismo año.
Como se conoció oportunamente, esta joven estudiaban arquitectura en la Universidad Nacional Autónoma de México, pero un día salió presuntamente a verse con un amigo que recién conocía, pero ya no regreso a su casa, lo que desató una búsqueda incansable de su familia, quienes incluso viajaron al extranjero.
Sin embargo ahora en su sitio de internet han colgado un texto acompañado de una fotografía en blanco y negro de la joven, donde indican: “las lamentables y violentas circunstancias en que fueron encontrados una parte de sus restos y el papel de las autoridades nos llevan a pedir con mucha más rabia e indignación el esclarecimiento de los hechos.
La solicitud de la familia a la procuradora General de la República, es que sea la SIEDO quien continúe con las investigaciones hasta su total esclarecimiento.
En el comunicado hablan de los difícil que es para ellos superar esta pérdida; “porque albergábamos la esperanza de recuperar a nuestra hija, pero ahora lanzamos un grito desgarrados que exige justicia para Adri”.
En el escrito indican que la lucha es ahora para encontrar a los culpables de este inexplicable y horrendo homicidio.
Al mismo tiempo han hecho un llamado a los medios de comunicación, porque no habrá declaraciones por el momento.
Es de resaltar que la última persona que vio con vida a esta joven fue el estudiante de psicología, también de la UNAM, Mauro Alberto Rodriguez Romero, quien aseguró a las autoridades que en efecto se vieron en las biblioteca central de la Ciudad Universitaria, pero que acudieran a su casa y luego ella se marchó.
Incluso este joven se dijo acosado por las autoridades y abandonó la vivienda que rentaba muy cerca de la universidad, mientras que la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, poco o nada pudo hacer para esclarecer esta desaparición, que hoy se asegura fue un crimen.
Ante esto la familia espera que sean las autoridades federales quienes logren armar este complicado rompecabezas y llevan a prisión a quien haya cometido el atroz asesinato de esta prometedora joven universitaria.